Bienvenida

Mi agaponi, Perico, te da la bienvenida! Volando de un lado a otro, de una cabeza a otra, de un corazón a otro, de un alma a otra. Picando cabezas, corazones, almas, miradas, añoranzas, sensaciones. Picandote a tí, a mí. Sus alas hacia lo magico.



sábado, 4 de diciembre de 2010

Vendo mi arte como si vendiera cromos.
Las salmodias y las letanías, como mantras, me acompañan en mi travesía mercantil. Acostumbro a vender en mercadillos mis juguetes (mis libros), mis pertenencias (llámense prendas y complementos) y mi alma (o séase mis pinturas) a la aglomeración. Mis obras reciben al de fuera con un abrazo. Infelices sonríen para ver si algún entendido admite adquirirlas. La existencia me adiestró a buscar la vida. La necesidad aguzó mi agudeza. El ingenio me llegó por el Espíritu Santo. La bohemia no me olvidó, si insisto en huir me agarra bien. El viento no me asusta. El frío no me espanta. La lluvia no me aterra. La gente no me impresiona. La falta de metal no me estremece. Pero mi cuerpo se queja de cargar y cargar cientos de ilusiones incumplidas, miles de esperanzas rotas, kilos y kilos de buenos sentimientos. Me duele la espalda y aún así añoro los quintales de utopías que quiero para mí y los míos.

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